jueves, 29 de octubre de 2009

Sobre el PGP y otros cifrados

Los métodos de cifrado han tenido una importancia estratégica desde tiempo inmemoriables. Conseguir que la información fluya es vital una empresa, organización o un país, pero no menos importante es evitar que ésta caiga en manos inadecuadas.

Los primeros métodos criptográficas consistían en sustituir unas letras por otras, basándonos en una tabla de equivalencias que tenían tanto emisor como receptor. Por ejemplo, para codificar un texto, cuando apareciera una "A", la sustituiríamos por una "D". Para decodificar el mensaje, mi receptor debería realizar la tarea inversa, apoyándose en una tabla de equivalencias que compartimos. El problema de este método es que si alguien ajeno quiere descifrar el mensaje lo tiene relativamente fácil. Al estudiar el texto codificado se dará cuenta de que la "D" aparece con más frecuencia de la debida en el lenguaje castellano, concretamente aparece con la misma frecuencia aparece la "A" en un texto sin cifrar, por lo que fácilmente deducirá que se trata de esta letra. Si esto se hacía antes de la era informática con relativa sencillez, no quiero ni pensar el breve lapso de tiempo que costaría decodificar un mensaje hoy en día.

Con el paso del tiempo, la seguridad de los mensajes dejó de centrarse en los métodos de cifrado, pasando a ser la clave el punto crítico del proceso. Puedo desencriptar el mensaje si conozco la clave, por lo que mis esfuerzos se tienen que centrar en buscarla. En este punto quiero que hagamos un pequeño viaje temporal hasta los años 70. En esa época apreció el método DES, popularizado por ser seleccionado como método federal de cifrado por el Gobierno de Estados Unidos. El método utilizaba una clave de 56 bits de longitud (esto supone que disponemos de 72.057.594.037.927.936 claves distintas) que, a simple vista, a mí me parece un número enorme, al igual que le parecía a los ordenadores de la época. Si quiero descifrar el mensaje tengo que ir probando una por una con esas claves hasta encontrar la que es. Pero claro, los ordenadores evolucionaron, y el número que parecía tan grande se quedó pequeño, hasta el punto que el año 99 descifraron un mensaje codificado con DES en poco más de 22 horas. Con la lección aprendida de como el avance tecnológico haría tarde o temprano caer los algoritmos propuestos, se desarrolló un nuevo estándar adoptado por los EEUU en 2001, pero con un número de posibles claves brutal: tantas que todos los ordenadores de la tierra juntos tardarían más de la edad del Universo en ir provándolas una por una hasta encontrar la adecuada. El nombre de este algorimo es AES. Parece que llegado este punto tenemos un sistema de cifrado que se acerca a la perfección, si no fuera por un pequeño detalle: AES es un sistema de cifrado simétrico. Esto quiere decir que la misma clave se utiliza para cifrar y descrifrar. Si yo le quiero enviar un mensaje cifrado a mi amigo Jorge que está trabajando en el Reino Unido, primero tengo que enviarle la clave para que lo pueda entender. Ahora el riesgo se centra en como enviar la clave sin que un tercero la intercepte.

El PGP

Avanzando en este sentido, se desarrollaron los sistemas de cifrado asimétrico. La novedad aportada es que no se utiliza una única clave, sino dos interrelacionadas: una para cifrar(que denominaremos pública) y otra para descifrar(la clave privada), de modo que lo que se encripta con la clave pública únicamente puede ser desencriptado con la clave privada, y por ninguna otra. De esta forma, la clave de cifrado la podemos hacer pública, para que todo el que desee mandarnos un mensaje codificado la utilice, no siendo un peligro que la clave sea interceptada.
El sistema PGP tiene una ventaja añadida, sobre la cual se basa la firma digital: un mensaje codificado con la clave privada, únicamente puede decodificarse con la clave pública. ¿Y qué utilidad tiene esto? Pues sirve para lo mismo que sirve que una firma: para atestiguar que he sido yo el que lo ha encriptado, ya que yo soy el único que tiene acceso a mi clave privada, utilizada para encriptar.

Futuro

Parece que llegados a este punto ya está todo inventado en criptografía, pero yo creo que los expertos en este tema son muy cautos. Realmente, el PGP es seguro cuando estamos enviando mensajes que no queremos que sean interceptados por particulares o incluso empresas, pero ¿que pasa con un país que puede dedicar una cantidad ingente de recursos únicamente a encontrarle un fallo al PGP, como Estados Unidos? Pues no lo sabemos. Es posible que a nivel militar ultrasecreto sean capaces de descifrar mensajes PGP, pero desde luego no lo iban a hacer público. Sin embargo, actualmente se está trabajado en otro tipo de cifrado, denominado criptografía cuántica, del que sí que se dice que será inquebrantable. ¿Verdad?¿Mentira? El tiempo dará la razón.

lunes, 19 de octubre de 2009

La informática doméstica de Microsoft

Hay varios temas que han pasado por mi cabeza para "bautizar" este blog, algunos de ellos muy técnicos, pero al final he decidido escribir sobre la historia de Microsoft, una empresa que está entre las marcas mas conocidas del mundo y cuyo desarrollo está ligado a una parte importante de la historia de la informática. Lo cierto es que Microsoft, a lo largo de sus años de andadura, nunca ha dejado indiferente a nadie. Por los foros de internet se pueden encontrar todo tipo de adjetivos, algunos de aspecto positivo y otros negativo: visionaria, alta capacidad tecnológica, monopolística, tiránica, ...

La compañía fue fundada en el año 1975 por Paul Allen y Bill Gates, aunque fue a principios de los años 80 cuando lanza el primer producto que le colocaría en una posición estratégica en el mercado de la informática personal: el MS-DOS (MicroSoft-Disk Operating System). Esto fue fruto de un acuerdo con IBM, ya que éste pretencía entrar en el emergente mercado doméstico de la informática sacando al mercado su máquina IBM PC, responsable de que ahora llamemos PCs a nuestros ordenadores. En este punto se abre una interesante batalla por controlar la informática en el hogar al que le quiero dedicar un futuro post dentro de este blog. Volviendo al tema que nos ocupa, IBM le encargó a Microsoft la producción del sistema operativo de su nuevo ordenador, para lo que ésta compró uno ya existente, QDOS (Quick & Dirty Operating System), y lo implantó en el IBM PC. Además de esto, consiguió que la gran mayoría de los futuros fabricantes de ordenadores compatibles con el IBM PC también lo instalaran, empezando a tener una posición de dominio sobre los PCs, que se extendió a toda la informática doméstica cuando estos se convirtieron en los ordenadores más comprados por el ciudadano normal.

En este punto, años 80, Microsoft empieza a desarrollar aplicaciones para su sistema operativo (Word, Excel) e incorpora el soporte para poder utilizar el ratón. Sin embargo, es en 1985 cuando se vuelve a dar otro gran paso estratégico: aparece la primera versión de Windows, desde mi punto de vista un intento de copia de la interfaz gráfica de los Macintosh. Su primera versión no tiene mucho éxito y no es un sistema operativo en sí mismo, sino una extensión de MS-DOS, pero es el germen de los sistemas operativos con los que trabajamos hoy en día.
Al entrar en los años 90, aparece la versión de Windows 3.0 (y sus secuelas 3.1 y 3.11) que es la que por fin consigue la popularidad entre los usuarios. Sigue estando basada en DOS, pero su diseño es más atractivo y funcional, además de empezar a aprovechar las características de los nuevos procesadores(tipo 386). En la primera mitad de la década se libra la batalla de los procesadores de textos, en la que Microsoft Word sale victorioso al imponerse a WordPerfect, el estándar hasta el momento y que desarrolló muchas funcionalidades posteriormente incorporadas a Word.

En el año 1995 aparece Windows 95, el mayor éxito comercial de Microsoft, y que contribuye a la difusión de la informática en el hogar al conseguir un entorno operativo intuitivo y nuevas funcionalidades como la multitarea. Sinceramente, cuando empecé a utilizar Windows 95 daba errores por todas partes (el famoso pantallazo azul), tantos que hasta se colgó en el lanzamiento. Así mismo, tanto el entorno como la multitarea eran ideas que ya se había inventando en otros sistemas operativos, pero es el marketing de Microsoft el que consigue que el ciudadano convencional muestre interés por tener un ordenador en su casa. El lanzamiento de Windows 95 inició la batalla de los navegadores: Explorer vs Netscape. Técnicamente Netscape era muy superior a Explorer, pero una vez más, la constancia de Microsoft, así como las incorporación de funcionalidades que ya poseía Netscape le hizo vencedor a principios de la presente década. La distribución del Explorer con Windows le costó a Microsoft una condena por prácticas mopolísticas. El hijo de Windows 95, Windows 98, demostró ser mucho más estable, además de mejorar el acceso a Internet.

Con el inicio del presente siglo, se lanza al mercado Windows XP, el último gran éxito de la empresa, y el sistema más utilizado en el presente. La novedad de XP es que utiliza el núcleo NT, un sistema de Microsoft mucho más estable, inicialmente concebido para el ámbito empresarial. Los pantallazos azules por fin empiezan a ser algo del pasado (desde que uso XP sólo he visto 3, que son los que veía con W95 en una misma semana).
Recientemente, se ha comercializado Windows 7. Si es un éxito o un fracaso, el tiempo lo dirá. Eso sí, yo esperaría a instalarlo hasta que no se publique el primer Service Pack.
En la actulidad y en lo referente a sistemas operativos, Microsoft tiene un monopolio a nivel mundial.

Desde los años 80, Microsoft ha sabido desarrollar una estrategia de promoción de sus productos muy efectiva. Muchos avances han sido en realidad copia de otros sistemas ya existentes, pero es innegable que, de una u otra forma -algunas muy agresivas-, ha sabido utilizar lo que ya había e integrarlo en sus sistemas. En mi opinión, el único competidor que tiene Microsoft ahora mismo es Google. Éste ha empezado de la misma forma que Microsoft: intuyendo por donde van los tiros. Microsoft intuyó que la informática iba a llegar al ciudadano medio, y Google ha intuido que el futuro está en la red. Todo lo que toca lo hace oro. Cuando hay algo en el mercado que ve que va a ser un éxito lo compra (como Youtube). Nos está acostumbrando a utilizar sus productos sin que nos demos cuenta, sin ruido. Estoy seguro de que está preparando el terreno para iniciar una nueva batalla: la de los sistemas operativos. La lucha se prevé dura.